Primera salida estival. Corre el rumor que habrá una gran aglomeración de tripulantes así como medios como la BBC, TV1, TV3, Telecascales, etc que cubrirán informativamente del evento a nivel internacional.
Llego cinco minutos tarde para hacerme notar.Es raro pero no hay nadie esperando junto a los avis del sinofós … se habrán confundido de hora.
Armo la nave yo solito y por fin, en la lejanía, diviso un componente de Village People que se acerca, concretamente el más maricón. ¡¡¡Joder¡¡¡¡ pero si es el Afaé que se ha depilao medio cuerpo. Lo insulto un poco para que vaya tomando conciencia de la travesía, me meto un poco con sus zapatillas senegalesas de un euro, y cuando ya me disponía a mearme encima de él, llegó la Preysler.
Nos hace un gesto desde la puerta para que vayamos a abrilrle. Instintivamente se elevó nuestro brazo derecho, buscando el cielo y el cruce enérgico con el izquierdo, blandiendo al unísono el inhiesto dedo corazón. Lo entiende y, por sus propios medios, salta la valla cagándose en todo.
Me preocupo sobremanera por la ausencia de su amado Bocinas, me da las gracias por mi aflicción, pesar y camaradería, fruto, espeta, de una inquebrantable amistad forjada durante decenios…. Tiene intención de seguir largando y, cuando se disponía a darme un fraternal abrazo mientras le colgaban sendos mocos y lágrimones, no aguanto y más y me sincero: “¡al bocinas le pueden dar por culo, coño, lo único que me interesa saber es donde está la barca auxiliar que debe acompañarle¡”.
Recompone el gesto y tras un cruce de palabras soeces e impropias de una marinera, me señala al horizonte, donde diviso al bocinas sudando horrores mientras trae la auxiliar a remos.
Ya a bordo me explica que se le ha escoñao el motor por falta de mantenimiento. Parecía convincente, pero su vis cómica no pudo ocultar que atisbase un rasgo de felonía en su gesto. Tras interrogarle con la fuerza mínima imprescindible, confesó que utilizó el motor en un revolcón dado con una madurita, así como que una rebaba que de cierto sitio le pendía se enroscó en el émbolo, no existiendo manera humana de desatascarlo.
Finalmente llegó Xinea excusando su tardanza en haber tenido que aparcar en el campo del Barça. Felicita al Afaé por el magno desfile del orgullo gay que presidió, y ante la ausencia de más tripulación zarpamos en busca de la aventura.
Nuestra nueva Viki es tal ágil y trotona que no nos damos cuenta cuando ya estábamos en Tossa. Charla distendida en alta mar con la embarcación Rusaris con la que, de momento, nos llevamos bien: Acto seguido nos mofamos de su mierda de motor y se dan la vuelta un poco cabreados. Proseguimos nuestra singladura con rumbo noreste. Fondeo delante de la Futadera. Me froto las manos con los pertrechos que prometió Afaé… ¡¡¡Unas garrapiñadas trajo el mu cabrón¡¡¡ Se las metimos una a una por el culo, al principio entre los cuatro que éramos y con gran esfuerzo pero, como pareció gustarle, finalmente se las metió el solito mientras sonreía burlonamente. Bañito en las frías y limpias aguas, definimos al Bocinas como ser gaseoso y posterior proa a la inversa para buscar nuevo fondeo donde bajar a tierra.
Fondeamos a poniente de Santa María de Llorell que estaba atestada de embarcaciones, muchas de cierto porte, lo que hizo que nos alegráramos de no traer la vieja Viki. Aunque parezca mentira pudimos fondear y bajar a tierra discretamente. Rarísima sensación es la de pasar inadvertidos en un desembarco de los nuestros.
Entre las embarcaciones fondeadas dimos con nuestros cabreados amigos de la “Rusaris”. Para recomponer las relaciones los abordo a nado y me hago el pesao hasta que por fin sacan el aperitivo que tanto esperaba. Desde luego es mejor que las garrapiñadas del Afaé. Les gorreo lo que puedo y, en viendo mis celosos tripulantes desde tierra la magna estampa que lucían mis dos henchidos carrillos, ganaron uno a uno la nao Rusaris y se dieron al expolio de sus viandas, teniendo que defender su capitán la nao a base de golpe de bichero. Obviamente levaron presurosos anclas con la escusa de irse a comer a casa de su madre, siendo poco probable que vuelvan al lugar y menos que nos saluden afectuosamente en el próximo encuentro.
En tierra nos dimos a la pitanza bocatera y cuando ya estábamos saciados. ¡¡¡sorpresa¡¡¡ el generoso Afaé trae pastas. Sin mucha “sorpresa” volvimos a ver el engrudo que habitualmente aporta, siendo lo peor que nos lo forzó comer, bajo amenaza de enseñarnos otra vez las fotos del desfile del orgullo gay.
Suerte que en la playa había un bar, servido por una simpática porteña, donde pudimos tomar un café para bajar la bola que teníamos en la garganta.
Hartos de retozar decidimos proceder al embarque pero, como quiera que olvidamos la discreción de que hicimos gala al inicio, procedimos a embarcar a nuestro modo habitual, esto es, mediando gritos, peleas, desorden y codazos. Por lo habitual del embarque no le dimos importancia, pero al girar la mirada a la playa pudimos comprobar como to dios se retorcía de risa. Tapamos el digno nombre de la Viki para que no nos relacionaran con ella y embarcamos como siempre, o sea, como podemos. Los fondeados a babor, con disimulo, levan apresuradamente anclas haciendo ver que se les hacía tarde, cuando en verdad sabemos que estaban acojonaos de quedarse a nuestro lado. Sabia decisión tomada por su parte.
Un eufórico Xinea toma el timón y no se deja cala por recorrer.
Saludamos a todas las titis que nos cruzamos, especialmente a las que ahorran en ropa, las cuales nos corresponden con sonrisas…hasta que ven nuestras barriguitas cerveceras.
Llegamos a puerto. Dejamos a su suerte al Bocinas con su auxiliar. Nos implora ayuda y le echamos al Afaé. Bocinas nos insulta y amenaza. Le mandamos a la mierda y nos vamos a atracar. Aviso al Xinea que estamos sin seguro. El culo se le cierra en banda y, producto del acojone, lo mete a la primera si colisionar con el resignado vecino, el cual generosamente nos tiene señalado el punto de impacto que desea.
Esta vez hubo baldeo y una efusiva despedida: “una mierda vais a volver”…”pues yo no traigo más la auxiliar”…”¿y para eso me he depilado el pecho?”…
Lo habitual
Capitán Suriñogo
El resignado