Albricias sean dadas
pues nuestras plegarias han sido escuchadas.
Llegaron al fin nuestras vacaciones
y a ellas nos lanzamos, cual fieros halcones.
(O con dos cojones).
Y no está de más, amigos y amigas,
ni creo incurrir en ningún desatino
si recuerdo ahora un proverbio chino:
Cuida lo que quieres, tal vez lo consigas.
Hacer las maletas es lo que debemos.
Primera cagada, ella se adelanta
y los baúles quedan, no llenos, repletos
de ropas, potingues y cientos de objetos.
Pasmados miramos el bulto que espanta
Y no preguntamos como cerraremos
mientras nos insiste: “Todo es necesario”
y no sabe uno si ponerse al tajo
o irse a la iglesia a rezar un rosario.
En fin, un trabajo.
En metro y en tren comienza el viaje
y empiezo a cagarme en el puto pasaje.
Los vagones llenos de tocacojones
que gritan, molestan sin parar de hablar
hacen que no pueda dejar de pensar
que al final los nazis tenían sus razones.
Los buques, aviones y otros artefactos
al punto nos llevan a borde de infarto.
Al fin en la playa desierta y tranquila
donde reponerse al son de una conga.
Hemos soñado con la de Manila
y la que encontramos ¡menuda milonga!
La puta paella en cruel chiringuito,
la madre berrea, el niño da gritos.
¿Rompió la patita el pequeño infante?
Cualquiera diría por esos chillidos
que causan lesiones en el interno oído.
En fin, aberrante.
El calor abrasa, la vista bizquea
mientras controlamos a la macizorra
tumbada en el lado, usando la gorra,
sino la parienta va y se nos mosquea.
Restaurantes llenos, manolos, ramonas,
lavabos a tope, y no de personas.
El aire acondicionado no es muy normal
¿lo gradúa acaso un puto esquimal?
Volvemos a casa, que felicidad,
que paz, que silencio, que normalidad.
Comer a su hora, dormir a su hora,
cagar a su hora, joder … cuando toque.
Querida rutina,
de ti me declaro amante ferviente y juro quererte
desde esta oficina
hasta que al final nos separe la muerte.
¡O ME DEN VACACIONES!
By Xinea.