25.1.12

Bigotes

Ni las conversaciones embarazosas, ni el testimonio del sastre José Tomás, ni los gráficos finales aportados por la acusación para simplificar a los ojos del jurado una contabilidad imposible, han convencido a seis hombres y tres mujeres que hoy, tras dos días y medio deliberando, han decidido sentenciar que Francisco Camps, "el ciudadano Camps", como le definió su abogado en el alegato final, no es culpable de haber cometido un delito continuado de cohecho impropio como se le imputaba. Tampoco lo es Ricardo Costa, cuyo nombre no ha aparecido en ninguna factura o tique y cuya defensa se ha centrado además en recordarle al jurado que, como diputado raso, no tenía capacidad de adjudicar ningún contrato a ninguna de las empresas de la trama.


Afaé cree ciegamente en la Justicia



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